
Pues llegó el verano, más bien nos ha pasado ya por encima; un verano raro, atípico, «postconfinamiento«, en plena pandemia del dichoso «COVID-19», en el que dicen que todo está bajo control pero nada está bien. Con una conciliación familiar y laboral inexistente y que pinta a peor en septiembre con el «comienzo» de las escuelas.
Accidentado, con un obligado y aparente reposo que huele a esa calma que precede a la tormenta…
Aún así intentaremos sofocar estos calores, disfrutar lo que se pueda de la familia y ver qué nos depara este otoño incierto.