¡Felices fiestas!

Como cada año, aprovecho estas fechas para saludaros de una forma especial.

Algunos pensaréis que hago esto por la cercanía de las fiestas de Navidad. La verdad es que no es exacto, pues casi que prefiero celebrar Yule o Saturnalia, que tiene más sentido para mí. Pero sí es por la cercanía del fin de año, momento en el que me gusta reflexionar sobre lo vivido, para bien y para mal, en el año que estamos próximos a abandonar.

Creo que al final siempre llego a la misma conclusión; soy afortunado por encontrar a nuevos amigos a los que añadir a esa lista de «elegidos» a los que se quiere de una forma especial. Y como no, de mantener los que ya estaban en ella; que en pleno auge de lo efímero, puedo sentirme muy afortunado por ello.

Laboralmente, no me puedo quejar, me gusta mi trabajo, con sus frustraciones, dolores de cabeza en unas ocasiones y de espalda (o la parte que toque) en otras. A si que también me siento afortunado.

En medio de tanta positividad, es imposible no tener un sentimiento de culpa en algunos rincones de mi interior. Porque hay un sentimiento contrapuesto que recuerda a esas personas importantes y especiales que ya no están y con los que me gustaría poder compartir la fortuna de la que anteriormente hablaba.

Llegados a este punto, sólo puedo daros las gracias a los que estáis ahí siempre, ya sea desde hace años o desde hace poco. Los que siguen mi trabajo y mis desvaríos, porque hacéis que mi pasión por el trabajo, se renueve día a día.
Por mi parte, espero que el resultado del año que viene, se salde como poco igual a este 2018 que ya va tocando a su fin. Estoy cargado de proyectos para este 2019, tanto personales como profesionales y espero haceros partícipes de ellos según vaya llegando el momento.

Tan sólo me queda daros las gracias por aguantar la parrafada y desearos que vuestra evaluación del año sea como poco, igual que la mía.

¡Feliz Yule, Saturnalia o lo que quiera que festejéis!